El periodo de confinamiento ha provocado en la sociedad una situación sin precedentes. Nos ha cambiado nuestras rutinas en todos los ámbitos y como nos muestra Carlos Andreu, en su libro “Del ataúd a la cometa”, existen cuatro vértices en nuestra vida, que debemos equilibrar para conseguir la felicidad: Familia, trabajo, salud y amigos. Son precisamente estos cuatro vértices que se han visto muy afectados en este periodo. Nuestras costumbres se han modificado y tenemos que adaptarnos a la nueva situación: un cambio social y económico a nivel mundial. Pero, ¿aprenderemos de lo sucedido? ¿valoraremos más y mejor lo esencial?
En lo que respecta a la transformación de los hábitos de consumo, y con referencia a la cita de nuestro anterior artículo, las preferencias se prevén que vuelvan a los años de la crisis del 2008.
Pero, ¿cómo eran en aquel entonces?
En el artículo de El Pais del 7 de Octubre del 2008 se nos informaba de ciertas variaciones de consumo producidas en la población.

Los consumidores redujeron un 2,8% la cantidad de productos en la cesta de la compra. Mientras las marcas blancas fueron al alza. Representaban un 43,2% de todos los artículos de gran consumo adquiridos por los hogares españoles. Un 26% de la población intentó reducir sus gastos de alimentación.
La salud ha pasado a primer término de importancia.
MPAC
Pero no hay dos crisis iguales, y ahora el consumidor es más reflexivo y con un nivel mayor de formación y de información. Y debido a que ha sido consciente de nuestra vulnerabilidad, la salud ha pasado a primer término de importancia. También, ha descubierto el valor tan importante que ha tenido la cadena agroalimentaria en este periodo.
Desde MPAC (Mesa de participación Asociaciones de Consumidores), llevaron a cabo una encuesta sobre las nuevas prácticas de compra post COVID-19 el pasado mes de Mayo. Dicha encuesta, nos dice que el 75% de los consumidores ha disminuido la frecuencia de compra a una vez por semana o cada quince días durante el confinamiento. La mayoría de la población ha sido responsable con la situación.

La crisis ha fortalecido ciertos hábitos de compra y consumo. Uno de ellos es que existe una mayor planificación en la adquisición de productos. Además, los establecimientos más cercanos al domicilio del consumidor son la opción prioritaria. Por otro lado, se está reduciendo el desperdicio alimentario y se cocina en casa más que antes. También se ha incrementado casi un 9% el comercio online.

Los productos que más han aumentado han sido el de los productos frescos y la limpieza. Un 34% y un 20%, respectivamente. En general, las compras de gran consumo en los hogares han crecido un 26%.La gran mayoría de la población ha mantenido sus hábitos de reciclaje.

Las compras de gran consumo en los hogares han crecido un 26%.
En definitiva, los supermercados han agrandado sus ventas exponencialmente debido al confinamiento y al acopio de alimentos de muchas familias en sus casas. Pero existe una preocupación, ya que tanto hoteles, como restaurantes y cafeterías (HORECA) han estado cerrados. MPAC nos anima a activarnos, a seguir luchando, y que nuestra máxima prioridad sea volver a la normalidad. #EActíVate es una iniciativa empresarial, un movimiento para generar empleo. Activa a empresas de cualquier tamaño, impulsa a emprendedores y pone en valor a empresarios.