El agricultor cuando decide sobre su próxima plantación suele contemplar varios parámetros. Por supuesto, el agronómico es de los más importantes, ya que implica el óptimo desarrollo de su cultivo, las condiciones del terreno, tipo de suelo, estructura, clima, luz, agua, etc.
Por otro lado, la disponibilidad de la mano de obra es otro quebradero de cabeza. No es lo mismo, cultivar una hectárea de judías, en la que se necesitan más operarios que en la misma superficie, tenerla plantada de pimientos. O dentro del mismo cultivo, implica menos mano de obra un pimiento california que una plantación de picantes.
Por supuesto, se tienen en cuenta los costes que generan la elección del cultivo (preparación del terreno, densidad de plantación, trasplante, abonos, tratamientos, entutorado, recolección, etc…), pero también la prontitud con la que se empieza a generar ingresos. En el caso de un pepino, se empieza a recolectar a poco mas del mes del trasplante, y un pimiento tarda aproximadamente 3 meses. Resaltando además esa inversión inicial que debe hacer frente para poner en marcha su finca, que dependerá de lo que se elija.
Son habituales los cambios en la superficie de los cultivos de un año a otro, en función de los precios de la campaña anterior. Cambios de un 3 o un 5% en cultivos como el tomate, implica que se cultivan o dejan de cultivarse hasta 400 Ha al año en el mercado de Almería.
Pero no son sólo los costes, la mano de obra, o si en la zona se da mejor un tomate o una berenjena, incluso la competencia con terceros países, etc. En la decisión del agricultor, cada vez más, existe la dificultad en combatir las plagas y/o enfermedades que hace que se valore un cambio de cultivo a otro.
Cada vez más, existe la dificultad en combatir las plagas y/o enfermedades que hace que se valore un cambio de cultivo.
Los virus son un ejemplo en el que limita elegir una especie hortícola u otra. Se depende de las resistencias que tiene a nivel genético la variedad, pero mucho más depende del conjunto de medidas que el agricultor hace para minimizar la infección. Cómo podemos observar en la gráfica, la aparición de virus que afectan a las hortícolas en España en los últimos años es muy numerosa. Y es gracias a la industria de semillas que compiten para lanzar el material genético al mercado con mayor número de resistencias. Resistencias que no implican inmunidad, son resistencias catalogadas como baja, intermedia o alta. Pero siempre va a depender de la presión de virus en dicho invernadero.

Las apariciones del virus de Nueva Delhi (ToLCNDV), hizo que los agricultores que plantaban calabacín, modificasen su manera de cultivar para prevenir de la mejor manera posible, la entrada de mosca blanca en sus invernaderos. Aislando con mallas el cultivo dentro del invernadero y tapando los agujeros para hermetizarlo.
Otro virus que también afecta a las cucurbitáceas, es el virus del CGMMV (Cucumber Green Mottle Mosaic Virus). Es muy problemático por su facilidad de transmisión y persistencia en el suelo y estructuras del invernadero. Pudiéndose transmitir incluso por el agua de riego. Su transmisión es mecánica y se debe de cumplir un conjunto de medidas para prevenir dicha transmisión. En este caso, el uso de variedades resistentes puede ser una solución si se quiere seguir plantando el mismo cultivo. Pero si la finca esta afectada por dicho virus, no es nada recomendable trasplantar un cultivo de primavera de sandía; ya que también es susceptible al CGMMV y las mermas en la producción son muy cuantiosas. Con lo que los virus nos limita la elección de cultivo a plantar.
Pero la experiencia nos dice que es cuestión de tiempo, además de que se invierte mucho dinero y tiempo en investigación, los virus son un problema que se va superando. Como el rugoso (ToBRFV), actualmente en mira de todas las empresas semilleras, pronto será un mal recuerdo.
Pero no son sólo los virus, factores limitantes en la elección de nuestros cultivos, son también las plagas y las enfermedades.
Una práctica que empieza a implantarse en los agricultores de pepino, es de reducir su ciclo de vida para evitar que tanto plagas (Thrips, pulgón, mosca blanca, etc.) cómo enfermedades (mildiu , botritis,..) se desarrollen cuando la planta comienza a envejecerse. Así que aumentan las plantaciones, hasta tres por año, disponiendo siempre de una planta joven y limpia con producciones rápidas y de buena calidad. Se aumenta en el coste de plantación por la semilla, pero se reduce bastante en tratamientos fitosanitarios.

Los factores limitantes en la elección de nuestros cultivos, son también las plagas y las enfermedades.
Pero es la campaña 2022-2023 en la que se ha producido otro punto de inflexión en la agricultura almeriense, por la problemática en los síntomas que produce un nueva plaga, el Thrips parvispinus.
Aunque apareció por primera vez en planta ornamental en el año 2017, ha sido el pasado año, en el cultivo del pimiento que se ha detectado su presencia y sus daños, con graves problemas contra su lucha. El comportamiento es diferente al de otros thrips. Se encuentran en las partes de crecimiento de la planta y generalmente escondidos debajo de las hojas. Ni los productos fitosanitarios permitidos, ni el incremento de la suelta de Amblyseius swirskii, A. californicus y Orius laviegatus, aseguran el control de esta plaga.

En definitiva, cada vez existen mas variables a tener en cuenta en la elección de nuestros cultivos. Se hace mas complicado ya que tanto plagas, enfermedades como virus, son mas fuertes y mas difícil su control. Mientras la industria auxiliar obtenga una solución aceptable frente a los problemas que van apareciendo , el único modo de minimizarlo es mantener una higiene y profilaxis adecuada en nuestro invernadero.
Qué interesante!, Con lo fácil que es comprar el pimiento en el supermercado.
Gracias por este artículo.