Ya en el siglo I D.C Plinio El Viejo dedicaba al emperador Tito en su obra “naturalis historia”, una enciclopedia que pretendía abarcar el conocimiento de la época, y que hace mención a la gran desconocida, la borraja: la reina de la huerta.
En «Arcadia, prosas y versos» de Lope de Vega, en el año 1598, escribió lo siguiente:”…de flores y olor divino en Mayo el melón vicioso, y la borraja intratable, que esmalta el color del cielo…»
Además, romances populares decían que “En el campo hay una hierba, que la llaman borraja; toda mujer que la pisa luego se queda preñada”.
Pocos en España conocen esta deliciosa hortaliza, concretamente dónde se consume es el valle de Ebro. Y fuera de España, es en Liguria (Italia), donde la llaman «borragine»; se emplea en rellenos ravioli o para cocinar la tarta pascualina genovesa.
La borraja es una verdura muy apreciada por su alto contenido en vitaminas y minerales, y su bajo nivel energético. El mineral más importante que contiene es el hierro. Pero es más conocida por sus propiedades medicinales, que se le atribuyen como diurético y depurativo, de ahí su nombre en latin Borago officinalis.
Cómo complemento alimenticio se utiliza por su aceite debido a su alto contenido en acido gamma-linoleico. Un ácido graso que omega 6 que puede reducir las enfermedades coronarias.
¿Pero porque la llaman la reina de la huerta?
Porque es la verdura más saludable, más exquisita, más nutritiva pero también la más delicada.
Hablar de la borraja, es hablar de Hermanos Mene. Una empresa familiar que disfruta ya 3 generaciones dedicadas a la agricultura. Enfocada a productos de tradición, locales y de alto valor; cómo los es también, el tomate rosa de Zaragoza. Un producto también muy delicado pero excelente de sabor.
Sat Hermanos Mene es un referente en calidad, trazabilidad y servicio a sus clientes. Ofreciendo los mejores productos y más frescos para el consumidor, ya que cierran el ciclo de producción, envasado y transporte a diario.
A principios de Mayo, tuve una conversación muy interesante con Emilio Mene, en la que ejemplificaba que una empresa con tradición se había reinventado, y que lo que hacían nuestros abuelos y bisabuelos, tenían un por qué y ha sido la base de toda innovación que estamos disfrutando ahora.
El pasado agosto del 2019, fue noticia en los medios regionales de Aragón, que la borraja se estaba muriendo; y que los agricultores estaban perdiendo hasta un 80 % la rentabilidad en este cultivo. La razón es fusarium oxysporum. Es una enfermedad que afecta al sistema vascular de la planta y causa marchitez.
Hermanos Mene, cómo especialistas de este cultivo, en sus instalaciones de Montañana (Zaragoza) ya lo estaban sufriendo desde hacía mucho tiempo. Para investigar cuál es el mejor método para combatir la enfermedad, han dispuesto 1 hectárea dividida en 15 subsectores. Y en cada uno, se aplican diferentes tratamientos para evaluar su eficacia.
Otro problema añadido que iban observando campaña tras campaña, era que la semilla estaba perdiendo su poder germinativo y las variedades utilizadas no eran homogéneas.
Emilio Mene, me comentaba que su padre se abastecía de semilla producida, a unos 90 km de Zaragoza, en Calatayud, por expertos obtentores de semilla de borraja, que tradicionalmente la llevaban produciendo desde antaño. Y por falta de relevo generacional, se había perdido el modo correcto de producir semilla de borraja.
Existen varias razones por la que es complicada la producción de semilla de borraja; por la poca superficie cultivada, no llega a 500 Ha de producción (entre consumo fresco e industria), y la otra, como dice Janick et al., 1989, «está limitada por un largo periodo de formación y maduración de semillas y por la fuerte dehiscencia de los frutos (se desprenden con facilidad), lo que hace que gran parte caiga al suelo y se pierda antes de ser cosechada». Solo son aprovechables un 20%.
Entonces, se pusieron en contacto con Ernesto, de Viveros Aznar, para investigar in situ (Calatayud), los conocimientos de la producción de semilla de esta hortaliza.
Preguntaron a las pocas personas mayores que habían dedicado su trabajo en la producción de semilla de borraja. Y después de 2 campañas, gracias a la tradición de muchos años, han conseguido una variedad que aporta la producción y las características de las borrajas de antes. Básicamente, se utiliza una manta en el suelo para evitar las mala hierbas. Y se coloca una malla, en alto, para recoger las semillas que van desprendiéndose. Estando aireadas y sin contacto con el agua. Y por supuesto, haciendo un aclareo, dejando las plantas más homogéneas y fuertes para su multiplicación.
La tradición se convirtió en innovación, gracias a Hermanos Mene.
Con éste estupendo artículo, la próxima vez que coma borrajas, las saborearé más si cabe.
Gracias Hermanos Mene, por recuperar la tradición y que podamos disfrutar de éste bocado tan delicioso: nuestra borraja.
Sería posible obtener la receta de la tarta Pascualina Genovesa?. Gracias
Se la paso por privado. Gracias